“Pensar siempre en transformar la realidad”… esta es una frase que se mantuvo haciendo eco dentro de mi cabeza todo el día, y que probablemente me acompañe más allá del sueño, y no lo digo por el tamaño de mi cabeza, más bien por el altísimo grado de pasión con el que fue lanzada sobre los espectadores que escuchábamos con atención. José “Pepe” Rivas es realmente una de esas personas de las que uno tiene mucho que aprender y hoy en el CCEC motivo a unos cuantos a luchar por una idea. Pensar, transformar, realidad, un combinado de palabras que miradas desde donde sea nos envían hacia lo que cada uno de nosotros atina a identificar por CULTURA. Palabras que hierven la sangre, palabras maltratadas, palabras que muchas veces buscan ser gritadas… pero sucumben antes de escapar al temor de nuestras bocas. Ayer, esas palabras cobraron vida entre nosotros, nos proyectaron a través del delirante mundo de los comunicadores, una clase de personas que viven de su energía por conocer y cuestionar, de investigar, de conectar. Estados alterados me pareció una forma divertida de resumir la vida de un comunicador; alterar el estado de las cosas desde nuestra mirada es lo que enriquece a la cultura, la comunicación no tiene límites, y como bien expresó “Pepe”, hay que liberar la creatividad y confiar en nuestros proyectos.
Sigo sintiendo ecos, las incógnitas exigen respuestas a gritos, pero mis dedos corrompidos por la hora se están apagando sobre el teclado… antes de irme malgastando palabras trataré de rescatar otra frase del fundador de una revista que lucho contra el franquismo, “seamos más partidarios de la cultura viva que de la sesuda”, el debate de ayer claramente nos desafió a escuchar más y estar dispuestos para aprender, aun así, la elección es únicamente nuestra.
Nicolás Cacciavillani
Dadá Mini
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