Que levante la mano…

Dicen que Dios los cría y el viento los amontona. En Rosario, hace unos días, nos amontonamos unos pocos para ir a escuchar a Pepe Ribas, a quien los años le volaron el look pelilargo pero no las ganas y el entusiasmo.
Entusiasmo es una palabra que disfruto y paladeo al decir. Dicen que entusiasmo expresa exaltación y excitación del ánimo por algo que causa interés, admiración o placer. Pienso en el entusiasmo como algo que nos motoriza y nos invita a actuar, que nos despierta las ganas con afán adrenalínico. Que sin entusiasmo, la historia es gris y aburrida y las cosas se tornan insoportables.
Pepe Ribas habló de muchas cosas y en cada respuesta había detrás un mensaje para quienes lo escuchábamos activamente. Habló de los inicios de la revista Ajoblanco y de cómo el nombre salió de una comida con amigos, es decir, de donde salen casi siempre las mejores cosas. De cómo la cultura tiene que responder siempre a lo que la gente necesita y no a lo que los políticos buscan que ésta represente. Dijo que hacer periodismo cultural hoy es duro. Durísimo. Pero que eso no quiere decir que no pueda hacerse. Que hay que saber arriesgarse y que el grupo y la osadía hacen la mejor fórmula en cualquier proyecto. Que hoy el periodismo cultural es más reseña que crítica porque la lógica del mercado y el comercio germinaron en todos los campos. Que sin embargo, la crítica es posible y que puede hacerse a través de diferentes formas. Combinando periodismo y literatura, por ejemplo. Que la experiencia no llega con los años sino a través de las ganas. Que en los grupos hay que saber negociar, delegar, escuchar y dejar hacer.
Que levante la mano entonces, quien abandonó el salón que se cerró detrás de Pepe Ribas con ganas de hacer una crítica, una crónica, escribir unas líneas, idear un proyecto, definir el enfoque de un artículo de otra manera. Que levante la mano quien cree que las ganas siempre están latentes y que sólo algunos, algunas veces, saben despertarlas de la mejor manera posible y a través de una técnica tan simple e ineludible como el entusiasmo.

Hola. Soy Paula. Y estoy entusiasmada.